Y me quedé en silencio. Sin saber qué decir, yo, que te confesé que solo tenía un puñado de palabras y prometí usarlas para hacerte reír y no supe hacerlo. Quizás esa sea la razón por la cual hoy no estás a mi lado, y que quizás no lo estés nunca más. Pero solo una cosa quiero decirte. Por mucho que busques a tu mujer perfecta, no la encontrarás. La has tenido a tu lado. Sí, era yo. Porque creo que nadie en este mundo puede quererte más que yo.
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